Los tratamientos naturales para mantener una piel sana, flexible y firme se han utilizado en la medicina tradicional por miles de años. Hay mucho que se puede hacer para apoyar la piel sana, por ejemplo evitar áreas de contaminación atmosférica y del humo del cigarrillo pueden ayudar a prevenir la avería del colágeno en la piel. La exposición al sol es el enemigo número uno y causa del desgaste diario (incluso cuando usted no va a la playa).

Dentro de los principales productos que actúan mejorando el funcionamiento de los tejidos de la epidermis de la piel, el tono muscular y la claridad, tenemos Aloe vera, Concha Nacar, Baba de Caracol., entre otros. Todos ellos con innumerables estudios que comprueban estos beneficios.

A medida que uno envejece, se incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel. La piel es más delgada, más frágil y se pierde la capa protectora de grasa subcutánea. Además, se puede disminuir la capacidad de sentir el tacto, la presión, la vibración, el calor y el frío. De esta manera, la piel está en mayor riesgo de lesionarse.

Frotar o halar la piel pueden causar desgarros cutáneos y los vasos sanguíneos frágiles se rompen fácilmente. Se pueden formar hematomas y acumulaciones de sangre.

Esto se observa principalmente en la superficie externa de los antebrazos, pero puede ocurrir en cualquiera otra parte del cuerpo. Los cambios en la piel y la pérdida de grasa subcutánea combinados con la tendencia a ser menos activo, al igual que algunas deficiencias nutricionales y otras enfermedades contribuyen a la aparición de úlceras
.
La piel envejecida se repara a sí misma más lentamente que la piel joven. La curación de una herida puede ser hasta 4 veces más lenta, situación que contribuye a la generación de úlceras e infecciones. La diabetes, los cambios en los vasos sanguíneos, la disminución de la inmunidad y factores similares también afectan la curación.

• Las modificaciones hormonales: en particular en la mujer menopaúsica.
• Una alimentación pobre en antioxidantes y ácidos grasos esenciales: Está entonces recomendado adoptar una alimentación rica en frutas y verduras, leguminosas, pescados y variar la calidad de sus aceites alimenticios.
• El tabaco: el humo del tabaco es rico en sustancias nocivas para la piel, provocando una tez gris y apagada.
• El sol y las exposiciones solares: Los efectos permanentes engendrados por el foto -envejecimiento son a la vez superficiales y profundos. Los rayos UVB, son los que causan el enrojecimiento de la piel, vuelven la capa superficial más frágil. En cuanto a los rayos UVA, provocan daños más en profundidad, en la dermis, ahí donde se encuentran el colágeno y la elastina.

Los dermatólogos tienen varias clasificaciones entre estas: por su profundidad, su origen y por su orden de aparición. Esta es una de las clasificaciones principales para las causas de las arrugas:

Arrugas gravitacionales 

Estas arrugas son causadas por la gravedad. Nuestros genes y tipo de piel determinan la resistencia que nuestra piel tiene para oponerse a la fuerza de la gravedad. Entre estas arrugas están: Las líneas de marioneta (de los labios hacia abajo

Arrugas dinámicas

Estas arrugas son causadas por el movimiento de los músculos en el rostro. Cada vez que fruncimos la cara para sonreír, por el sol, por estrés etc. estamos creando patrones que se pueden convertir en líneas de expresión y arrugas. El movimiento repetitivo poco a poco va dejando su huella visible en la piel. Se vuelven más notorias por la pérdida de elastina y colágeno en la piel. Entre estas están las arrugas en la frente. 

Arrugas de origen mixto 

Son una combinación de los efectos de gravedad y el movimiento. Son arrugas que se forman porque la piel toma ciertas formas como las arrugas del cuello que se forman porque estamos constantemente bajando y subiendo la cabeza y la gravedad también hala los tejidos, es un movimiento inevitable. 

Estas arrugas son difíciles de corregir con procedimientos como cirugía plástica, rellenos o agentes paralizantes, para retrasar su aparición hay que mantener la piel humectada y protegerla contra el sol.

Estos consejos nos permitirán mantener nuestra piel libre de estos negativos factores y en consecuencia, más sana, joven y luminosa.

• Come bien: una dieta sana y equilibrada ayudará a que tu piel esté radiante.
• Bebe mucha agua: el agua es sumamente importante para hidratar la piel. De 6 a 8 vasos diarios es una buena cantidad para mantener la elasticidad, flexibilidad y nivel de  hidratación de tu piel.
• No fumes: fumar perjudica seriamente a la piel. El tabaco destruye la epidermis, impidiendo que nuestra piel se oxigene y revitalice.
• Cuidado con los que bebes: el alcohol y el café deshidratan la piel. La cafeína aumenta la diuresis y puede aumentar la sudoración. Respecto al alcohol, cuando lo bebemos el nivel de oxígeno en la sangre se reduce, afectando a la producción de colágeno y haciendo que la piel pierda elasticidad y firmeza.
• El sueño: debemos dormir un mínimo de 8 horas al día.
• Alegría: relájate y diviértete de forma sana. El estrés y la depresión pueden influir negativamente en la respuesta inmunológica de la piel.
• Cuidado con el sol: es imprescindible evitar el sol directo y usar un buen protector solar, adecuado a cada una de las partes del cuerpo. El sol, además de envejecimiento, a menudo provoca la aparición de manchas en la piel.
• Ejercicio: haciendo de modo regular un ejercicio moderado ayudamos a mejorar la circulación y renovar nuestra piel, contribuyendo así a reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.
• Limpia la piel: elimina el maquillaje y límpiate la piel dos veces al día.
• Hidrata y nutre tu piel: es recomendable hidratarla y nutrirla a diario para protegerla de estos agentes externos.

• Vitamina A: Su deficiencia hace que la piel se seque y pierda firmeza. 
• Vitamina B2: Su deficiencia causa labios secos y agrietados, enrojecimiento de la piel y la grasa alrededor de la nariz, las orejas y los párpados.
• Vitamina B3: Su deficiencia hace que la piel se vuelve áspera y oscura, especialmente en las áreas expuestas al sol.
• Vitamina C: Si no lo suficiente disminuye la producción de colágeno, esencial para mantener la piel elástica.
• Vitamina E: Si falta, las arrugas aparecen más rápido, ya que esta sustancia es un poderoso antioxidante que previene el envejecimiento de las células y tejidos.

Colágeno: El colágeno es la proteína más abundante de nuestro cuerpo y un componente esencial de los huesos, ligamentos, tendones, cartílagos y piel.  Juega un papel muy importante a la hora de mantener la tersura de la piel y firmeza de los músculos.

Aloe Vera: Tradicionalmente, el aloe vera es utilizado contra las quemaduras con fuego o por el sol, las heridas y cortes, las picaduras de insectos, la dermatosis y enfermedades de la piel. El uso frecuente de esta planta alivia la irritación, la quemadura y el dolor; acelerando la cicatrización y generando un efecto de frescor que alivia el dolor.

Baba de Caracol: es ideal para el cuidado habitual de la piel, se utiliza porque puede prevenir el envejecimiento prematuro y rejuvenecimiento de la piel. Destacan sus efectos sobre arrugas y estrías, cicatrices diversas como las del acné, en la reparación de quemaduras, verrugas y para la normalización de manchas de la piel.

Crema a base de Aceite de Sacha Inchi: Posee un alto contenido de ácidos grasos  esenciales (hasta 58% de Omega 3 y 37% de Omega 6) potencia los mecanismos naturales que  ayudan a mejorar y fortalecer la superficie de la piel, combatiendo así la flacidez, las arrugas y las  manchas. Enriquecida con colágeno y vitamina E, devolverá la luminosidad natural a su piel.

Concha de Nácar: Proporciona los nutrientes necesarios para mantener la piel joven y saludable, estimulando la regeneración y la hidratación de los tejidos cutáneos que resulta en una mayor elasticidad y luminosidad. Pueblos Indígenas precolombinos utilizaron el polvo de las conchas de nácar combinadas con jugo de limón como remedio para el cuidado de la piel. La Crema de Concha de Nácar ha sido fabricada con una exclusiva fórmula no grasa.